La leyenda del escudo nacional
La
leyenda del escudo nacional
Hace
mucho tiempo, en una región maya, existió un guerrero llamado Jonás, quién
tenía muchos poderes y habilidades.
Un
día, el dios Chac le pidió a Jonás que fuera a lo más alto del Cerro de la
Estrella, pues ahí encontraría su inmortalidad. Jonás aceptó lo que le había
pedido.
Jonás
salió corriendo con su Jaguar. Ese jaguar también era muy poderoso e
invencible.
El
jaguar encontró unas piedras brillantes en el camino, las cuales entregó a
Jonás.
Al
llegar Jonás a lo alto del Cerro de la Estrella observó un águila enorme.
Debajo de ella había un altar de nopales brillantes similares a las piedras que
había encontrado. Por eso, Jonás decidió colocar ahí las piedras.
Al
instante, las piedras se convirtieron en una serpiente, la cual fue tomada por
las garras y el pico del águila.
Mágicamente,
en el pecho y en la espalda de Jonás quedo marcada aquella imagen que él estaba
presenciando.
Desde
ese día, cada vez que ese guerrero salía a la lucha, mostraba su torso desnudo,
afín de que sus rivales vieran la marca divina que había recibido, y aunque
Jonás ganó muchas batallas, finalmente murió.
El
pueblo del guerrero, es su honor, utilizó el dibujo en su cuerpo como escudo,
con el fin de recordar sus grandiosas habilidades de luchador y que fuera
recordado por siempre. Así Chac cumplió su palabra.
Fin
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