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Esperando por ti

  Esperando por ti   Veniste desde el horizonte poblano con voz embriagante que hipnotiza a los caminantes   Es tu silueta destello de paz, es tu fas la puerta de la eternidad. Son tus besos lo que más me deleita ¡Porque me elevan a otro plano de la Tierra!   Tiempo y distancia a veces mis peores enemigos… ¡Caprichosos del abismo en nuestro nido!   Pero es la paciencia y la ternura mis mejores aliados, constructores del puente de este trago amargo.  

En el círculo eterno

  En el círculo eterno   Permanezco tendido sobre la cama Mientras invoco tu rostro en mi mente La música por mis oídos penetra Y se desatan las energías por volver a verte   Hago a un lado los mares de cobijas Y siento aún más el frío de la mañana De los talones hasta la columna de la espalda Pues la ausencia de tu calor ¡No se compara!   Apago mis velas y no puedo dormir Busco tu cuerpo y tus brazos… ¡Adoro cuando me enredas con tus pies largos!   Estoy seguro que pronto amanecerá E iré con toda pasión a tu encuentro Para que nunca más tú y yo… nos separemos  

Alimentos del alma

Alimentos del alma El perdón. El amor a ti mismo. La autocompasión. La respiración. La resurrección del espíritu. Los abrazos. La tranquilidad. La verdad. La humildad. El amor al prójimo. El enojo y la ira ante la injusticia y el engaño. El orden y la administración de tus bienes. La afrontación de lo que ha de venir y es inevitable evadirlo. Ser fiel a ti mismo y no traicionarte. Pararte frente al espejo y reconocer tus limitaciones y errores, a fin de que ello no te lleven a una desgracia mayor. Ser decidido. Ser paciente, valiente y sereno ante la enfermedad y la adversidad. Meditar y orar para no caer en provocaciones. Cambiar lo que se pueda cambiar y resignarte ante lo que necesariamente se tenga que aceptar. Reprender y reconocer lo que es malo sin cubrir la mente con ira, sino con comprensión y amor. Elegir bien tu oficio, porque de él comerás. Nunca doblegarte. Guardar silencio cuando...

El águila real

El águila real En un pueblo grande, en lo alto, viaja una águila. Con sus alas hermosas las personas la miran. Es un águila real con su mirada enojada. Y en lo alto del sol brillan sus hermosas alas. Fin Autor: Jesica Hernández Pérez.    Leer más de... Colección Pequeños escritores

Blanca es la luna

Blanca es la luna Blanca es la luna: tan grande como una tuna. Es tan grande que me llenó de valor y por eso me gusta su resplandor. Fin Autor: Javier Espinosa Coronel Leer más de... Colección Pequeños escritores

Siempre se agradecido

Siempre se agradecido Cuando te hayas enfrentado a los colmillos filosos que en ocasiones pueden mostrar el hocico feroz de la vida y tan sólo tu logro fuera haber sobrevivido ante semejante batalla… siempre se agradecido. Cuando tu empeño y esfuerzo tan sólo hubiesen alcanzado pequeños logros para tus ojos de aquellos resultados que tú mismo te impusiste en el interior de las grandes y pesadas metas… siempre se agradecido. Cuando los obstáculos sean motivo de desvelo y cansancio exhaustivo, de largas ojeras debajo de los ojos y poca energía para levantarte temprano y continuar con tus actividades… siempre se agradecido. Cuando la ausencia de una buena salud te cause dolor, heridas, penas y molestias sofocando tu alma por la aflicción de una mejora muy lejana y de la naturaleza de la enfermedad… siempre se agradecido. Cuando el disgusto te envuelva desde los pies hasta el cuello con el peso de cientos de cadenas puras de hierro e impidan una respiración ...

La otra cara de la luna

La otra cara de la luna La otra cara de la luna me remite a los sonidos del otoño, al mar de estrellas que deambulan por el volcán de mis praderas. La otra cara de la luna alimenta mi necedad insaciable por adquirir los deseos sofocados por el suspiro de nuestro geiser. La otra cara de la luna agita el espectro del oasis descubierto corrompido por la danza del gusano de seda sobre los pétalos del cactus. Permite que mis brazos desentierren los diminutos diamantes agitados sobre el caos que subyacen a través de los cocos en las palmeras. No permitas que se contaminen tus jugosos frutos por aquella belleza que despierta un éxtasis extinto hace eones. Aléjate de la suntuosidad exonerada sobre los barcos que arrebatan amores inocentes y tenues llevados hacia la otra cara de la luna. Corrompe las hamacas entre el sol y la luz, entre el dulce y lo fresco, que borre el antifaz de la otra cara de la luna. ...

Hoy aprendí

Hoy aprendí Aprendí tantos conocimientos que olvidé como ser yo mismo. Aprendí a querer y amar que me olvidé a jugar como niño. Aprendí a dialogar y a cooperar que olvidé la originalidad en mis decisiones. Aprendí a respetar que olvidé como dar abrazos sorpresa. Aprendí a escuchar y estudiar que olvidé como crear. ¿Qué prefiero entonces? ¿Quedarme sin aprender o aprender a no olvidar? Leer más de... Colección Anecdotario

La máscara de la Malinche

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La máscara de la Malinche Cubierta por el mar del tiempo y naciente de entre los cerros, amanece el abrigo del recuerdo la máscara de la Malinche Su persona ha dejado huella de suplicio y cadenas de incertidumbre mas las máquinas del olvido alejan la máscara de la Malinche Conocida por muchos, respetada por pocos… ¡La mujer que blandió al español con intelecto tremendo que gestó! la máscara de la Malinche Mejillas opacas, cabellera larga, pupilas retraídas y nariz puntiaguda esconden el rostro de la verdad: la máscara de la Malinche ¿Hay acaso perdón y compasión para aquel espíritu que no lo desea y no lo pide? ¿Hay acaso cincel y polilla que oxide la máscara de la Malinche? Ella, hija del sol y de la tierra, madre protectora de huracanes y tornados, tu templo sólo es venerado por un antifaz de niebla que el amanecer te impone Allá, lejos de mí se me impide disfrutar la frialdad de tu ternura por culpa de ese ...

Los muros de mi castillo

Vivir para pensarte: podría hacerlo eternamente. * Me marea más el aliento de tu boca que la miel de tus besos que recorren mi cuello. * Volar sobre cometas en medio de los brazos oscuros del universo es un deseo aberrante que surge tras la contemplación de tu rostro.  * Son tus labios resecos los que me incitan a verte cada día buscando afanosamente reflejarme en el centro de tus pupilas. * Es tu voz la que inclina el eco de mis palabras. * Veo el sudor de tu frente e imagino los besos salados que te daría toda la noche hasta tu arribo al país de los sueños. * Divagar, divagar, divagar... En eso se me ha ido la vida, y en sueños. Y por lo visto es en aquello que continuará escapándose el tiempo entre mis nubes y rayos mentales. Sin embargo, es lo que me ha traído justamente a este maravilloso momento en el cual estoy... * -Si me amas, abrázame como si fueras la luna -¿Cómo? -Alrededor de mí por m...