El precio del sacrificio
El precio del sacrificio Una vez más la rosa estaba contenta. Ella siempre recordaba el primer día que había volado por el cielo en medio de montañas y nubes blancas. Pero además, ella siempre soñaba con que algún día alguien cortaría el tallo que conformaba su espinoso cuerpo. Ella era buena reflexionando sobre las cosas que ocurrían a su alrededor, y sobre el futuro. En ocasiones, después de observar las estrellas se decía a sí misma que los humanos eran sus principales enemigos, por lo cual perdía el sueño buscando una solución a su conflicto. De tanto indagar e indagar se le fue el hábito natural de comer, y por lo tanto dejó de crecer. Sus hojas dejaron de ser coloridas y llamativas, bañándose por un color marchito. Esa es la solución: no crecer nunca otra vez. Pronto difundió la noticia entre sus hermanas: las flores más cercanas… - Debemos de interrumpir nuestro desarrollo y de esa manera venceremos la batalla...