Recomendaciones de un año viejo


Recomendaciones de un año viejo

Son muchos los que lo platican por ahí, durante las fogatas, cuando los niños se acercan para despedirse de los adultos mayores. Todo inicia con la frase “quien ama a la naturaleza ama la sabiduría”, y es algo que repetiré mucho en la escuela, bueno, cuando no estemos de vacaciones. Y es que allá donde vivo nadie la conoce, pues sólo la he escuchado en el viejo pueblito montañoso de mi mamá.

Eso fue lo nuevo que me enseñaron los bisabuelos, abuelos de mis padres durante estas vacaciones. Llegamos casi desde que las clases terminaron y nos regresaremos en la primera semana de enero o al menos eso escuché comentarlo entre mis hermanos. La verdad estoy muy emocionado porque conviví con abuelos ¡los más grandes de la familia! Y es que nunca me imagine que supieran tantas cosas.

Este año curso el tercero de secundaria y el siguiente año pasaré a preparatoria, algo que me pone nervioso pero muy emocionado. Toda mi familia esta contenta y emocionada. Mis bisabuelos dicen que se acerca el tiempo de la responsabilidad. Es algo que entiendo, pero ellos dicen que eso no es suficiente debido a que se tiene que comprender y llevar a cabo en la vida diaria.

Mi bisabuela me contó una historia que le platicó su abuela, y a ella se la contó su abuela. Me dijo que durante un fin de año, como cualquier otro, se reunieron por primera vez en la parte más alta del cielo el año viejo y el año nuevo. Ambos vestían largos mantos de tela grisácea de hombros a pies. Su rostro era el mismo: parecían hermanos gemelos. La única diferencia era que el año viejo portaba un libro y una pluma de ganso, en cambio, en nuevo no poseía nada sobre sus manos.

Esto se debía, según me contó, a que el año viejo quería platicarle al año nuevo todo lo acontecido personalmente y no sólo mandarle el Libro de las Experiencias como era la costumbre. Esa tarde, el año viejo le había pedido permiso al creador para llevar a cabo tal acto, lo cual había sido aprobado. En consecuencia, todo en el mundo se había congelado mágicamente: como si todos durmieran al mismo tiempo pues ningún ruido se escuchó por toda la tierra. Tal vez todos querían oír el chisme y por eso no hicieron ni un ruido.

El sol se colocó en medio de los volcanes y ambos se sentaron sobre las nubes. La plática no se hizo esperar siendo el primero en hablar el año viejo. Éste saludó con una voz tan serena al año nuevo que apenas si la percibió, pues pese al silencio reinante, el año viejo parecía querer hablarle en un tono de voz secreta. Sin embargo eso fue al principio, pues al cabo de los saludos y buenos deseos, lo que realmente le quería decir comenzó:

-          Vengo a prevenirte de lo que sucede debajo de nosotros, lejos de nuestro alcance, fuera de nuestras manos. Es algo que decidí no escribir porque he revisado las páginas más desgastadas en este libro por los años anteriores a mí y siempre esta el mismo mensaje aunque sean diferentes las palabras –dijo el año viejo.
-          Te escucho atentamente –dijo el año nuevo de forma cortés.
-          Bien. Sobre la tierra existe centenares de especies. Muchas de ellas crecen y disfrutan el agua dulce, el calor de este sol que todavía nos acompaña, el agua helada de los casquetes polares y de las tormentas de nieve, trepar y trepar por las copas de los árboles más altos. Hay unos que, aunque se arrastran por el suelo, disfrutan cada anochecer de su existencia. A nosotros se nos ha encomendado la tarea de vigilar lo que sucede allá abajo, dar cuenta de quien llega y quien se regresa a este cielo, en fin, de muchas tareas que ya aprenderás. Nada de ello es complicado, al contrario, es tan maravilloso observar cada rincón de este planeta crecer con sus llanuras, los lagos, las cascadas, las planicies, los bosques otoñales. Sin embargo, año tras año ha ido en decadencia nuestro trabajo. En primer lugar la labor que llevamos a cabo esta siendo poco valorada, especialmente por una especie: la humana. Sucede que muchos de ellos se quejan por lo que no hicieron en años anteriores “debí haber pagado mi deuda, sino hubiera valorado con mi novia, si hubiese trabajado tiempo extra” y todo lo sellan diciendo “ese no fue mi año”. Por tal motivo quiero que les recuerdes diariamente que nuestro trabajo no consiste en resolverles la vida o los problemas, ni tampoco hacerles las cosas fáciles, ni regresarles el tiempo que desperdiciaron por asuntos que resultaron ser insignicantes, no porque no queramos, simplemente porque eso no nos es permitido. También quiero que les recuerdes que el Creador les dio dos pies y dos manos, así como un cerebro con gran facultad mental para pensar, crear y llevar a cabo sus actividades, de tal manera que dejen sus pretextos a un lado y pasen la culpa de su flojera a otros, como nosotros por ejemplo. Haz mucho énfasis en decirles que las metas se logran día con día para que al final del año ellos mismos se entreguen sus trofeos o sus castigos, según a lo que sean acreedores y no dejen para el último mes aquello que no llevaron a cabo durante los otros 11 meses que se les otorgan, porque déjame recordarte que a todos se les dan meses por igual, ni uno menos y ni uno más, aquí no hay consentidos. Haz que quiten de su mente esa absurda idea de que para ponerse metas, propósitos u objetivos es obligatorio esperar al siguiente año, digo, si es necesario, empero lo adecuado es que todo ello este ligado a su tiempo, es decir, si hay una oportunidad en sus dedos que la aprovechen y no dejar para las semanas, porque ese fue su momento y si lo dejan escapar viene entonces el muro de la soberbia. Recalca, cuando la situación lo amerite, que si ya lograron algo, por muy pequeño que sea, dejen la cobardía y el temor a un lado, pues es mejor continuar hasta el final que dejar todo a medias, y nuevamente, esperar al siguiente año ¡Entiendan que la victoria y el éxito no esta en los años sino en la perseverancia y trabajo arduo en sus acciones! Por favor también insiste que convivir con sus familias y preocuparse por los más pequeños es algo primordial y esencial, eso si quieren seguir existiendo por más generaciones, porque a medida que la línea existencial crece y ellos se han estado expandiendo, pues no quería decirlo, pero lo están destruyendo todo: agua sucia, minerías disque a cielo abierto ¡los cerros están quedándose pelones! Y todo pasa, no resuelven el problema del hambre y lo desperdician todo. Pronto llegará la hora de entrega de cuentas al cual nosotros dos y los años anteriores estarán presentes fungiendo como testigos de que hicieron, sea bueno o malo. Por ello exhórtalos a que cuiden a la naturaleza porque quien ama a la naturaleza ama la sabiduría. Habrá situaciones tan lamentables que te darán ganas de azotarlos, pero tranquilo, mantén la calma ya que solitos pagarán esas cuentas, como el cambio del clima a causa de su propia contaminación. Finalmente, quiero que felicites a aquellos que si están llevando a cabo buenas acciones, porque no todos son iguales y hay algunos que si son merecedores de cosechar durante tu tiempo, pues sembraron con arado y esperanza durante el mío. Bríndales tu apoyo, sonríeles y ámalos tanto como ellos aman su propia vida. Eso sería todo año nuevo y gracias por escucharme…

Mi bisabuela dice que tras pronunciar la última palabra, todo regresó a la normalidad aquí abajo en la tierra. Las abejas continuaron zumbando, los hombres con sus redes buscando peces, así como el koala cargando a su hijo y durmiendo. Además, el año nuevo guardó absoluto silencio, no sabía que decir, en tanto, el año viejo se levantó de su nube, abrazó al año nuevo y le reiteró la mejor de las suertes, esperando que sus palabras hayan tenido un impacto mayor, después de todo, estaba cerca la primera madrugada del año nuevo.                                         





      

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