Alimentos del alma
Alimentos del alma
El
perdón.
El
amor a ti mismo.
La
autocompasión.
La
respiración.
La
resurrección del espíritu.
Los
abrazos.
La
tranquilidad.
La
verdad.
La
humildad.
El
amor al prójimo.
El
enojo y la ira ante la injusticia y el engaño.
El
orden y la administración de tus bienes.
La
afrontación de lo que ha de venir y es inevitable evadirlo.
Ser
fiel a ti mismo y no traicionarte.
Pararte
frente al espejo y reconocer tus limitaciones y errores, a fin de que ello no
te lleven a una desgracia mayor.
Ser
decidido.
Ser
paciente, valiente y sereno ante la enfermedad y la adversidad.
Meditar
y orar para no caer en provocaciones.
Cambiar
lo que se pueda cambiar y resignarte ante lo que necesariamente se tenga que
aceptar.
Reprender
y reconocer lo que es malo sin cubrir la mente con ira, sino con comprensión y
amor.
Elegir
bien tu oficio, porque de él comerás.
Nunca
doblegarte.
Guardar
silencio cuando la prudencia lo amerite.
Decir
siempre la verdad.
Dar
gracias al que te apoya porque cree en ti.
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