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Mostrando entradas de marzo, 2018

Paraísos perdidos

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Paraísos perdidos  ¿Cuántos manos en forma de jícara han dejado de gestarse alrededor de ti? ¿Cuántas piletas dejaste de abastecer desde hace ya varios años? Dime el número de sedientos que no saciaste y las decenas de piruetas que ya no se dibujan cerca de tus orillas.  ¿Cuántos raspones por causa de algún accidente no refrescaste? ¿Cuántas carnes ya no visitan tus cuerpos porque los dejas más sucios que el polvo que portan? Dime la cantidad de insectos y mamíferos que no han sobrevivido luego de haberte probado. ¿Cuántos huyen de ti a causa del olor fétido que desprendes cuando el sol llega a tu piel? ¿Cuántos siguen arruinando tu existencia y poniendo en peligro tu futuro? Dime quienes son aquellos que   cuidan más el azul del cielo que el azul de tus entrañas que se encuentra a nuestro alcance… por ahora.    Dime tú, que lo vives el mal en carne propia, lo que nos motiva a descuidar aquello que nos permite definir lo qué es esperanza, fe, y poder trasmiti

La otra cara de la luna

La otra cara de la luna La otra cara de la luna me remite a los sonidos del otoño, al mar de estrellas que deambulan por el volcán de mis praderas. La otra cara de la luna alimenta mi necedad insaciable por adquirir los deseos sofocados por el suspiro de nuestro geiser. La otra cara de la luna agita el espectro del oasis descubierto corrompido por la danza del gusano de seda sobre los pétalos del cactus. Permite que mis brazos desentierren los diminutos diamantes agitados sobre el caos que subyacen a través de los cocos en las palmeras. No permitas que se contaminen tus jugosos frutos por aquella belleza que despierta un éxtasis extinto hace eones. Aléjate de la suntuosidad exonerada sobre los barcos que arrebatan amores inocentes y tenues llevados hacia la otra cara de la luna. Corrompe las hamacas entre el sol y la luz, entre el dulce y lo fresco, que borre el antifaz de la otra cara de la luna.

Los perros también tienen ángeles de la guarda: caminan en Apizaco

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Los perros también tienen ángeles de la guarda: caminan en Apizaco   Unos duermen cómodamente en el interior de sus hogares sobre colchonetas de algodón y saboreando las mejores croquetas. Otros sueñan sobre el pavimento, se alimentan de lo que llega a sus narices y se dedican a vagar por las calles de Apizaco. Pero los más afortunados descansan a la luz de la luna sobre un pasto limpio, rodeados de un muro que los protege del algún conductor alcohólico, despistado o imprudente y cenando patitas, cabezas y huacales de pollo. ¿Ya sabes de quien estamos habland o? ¡Adivinaste! Estamos platicando del mejor amigo del hombre: el perro, el cual, o mejor dicho, los cuales, son rescatados desde hace ya 3 años por Alexis Vela Hernández , una ciudadana del estado de Tlaxcala de 28 años de edad. Con ayuda de su amiga Daniela Rosano Ramírez, dedica más de 8 horas a la semana al cuidado de hasta 30 perros, esto sin contar su tiempo libre, además de invertir cerca de seteciento