Anecdotario
¿Por
qué en ocasiones los alumnos te confunden con sus padres?
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Un
alumno es como un hijo: por muy malo que sea, sigue siendo tu alumno.
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Cuando
eres maestro tienes que aprender que los alumnos son quienes moldean tu carácter.
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Gracias
a los estudiantes me he dado cuenta que jamás dejaré de aprender.
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Observar
como todavía, en plena era tecnológica, hay lugares en donde los niños juegan
con bicis, resorteras y juegos de mesa elaborados con cartón, simplemente llena
de gozo mi corazón.
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Aun
el niño más travieso tiene deseos de aprender.
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Gracias
a las bromas de los niños no he olvidado como sonreír.
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Preocuparse
por el aprendizaje de los estudiantes es una carga tan noble como el propio
conocimiento.
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Para
enseñar primero es necesario aprender, y para educar es necesario saber.
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Ser
maestro no es oficio fácil. Aquel que cree lo contrario desconoce el
significado auténtico de la conciencia y la disciplina.
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Lo
mejor que le puede pasar a un maestro son sus alumnos.
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Quien
aspire a ser maestro implica necesariamente querer ser filósofo. Sin ello, es
un mercenario de la educación.
-Profe ¿Es eso una biblia?
-Así es...
-Pero ¿Por qué lee la
biblia? Los hombres de ciencia creen que venimos del mono.
-¿Cuándo dije que soy
hombre de ciencia sin alma?
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Sus
brazos formaron un candado en mi pecho al tiempo que liberaba el orgullo y la
bondad que puede sentir un padre por el hijo que perdió el camino.
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La
misión del profesor es fomentar que crezca y permanezca el corazón de niño en
jóvenes de secundaria y bachillerato.
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